A lo largo de la historia de la humanidad, ha quedado demostrado el importante papel de las mujeres en las diferentes sociedades; distinto es que no se haya reconocido, ni tenido en cuenta o, incluso, se haya impedido que las mujeres fueran consideradas como seres humanos.
Gracias a la lucha sin desmayo de muchas mujeres y hombres y de la puesta en marcha de leyes integrales con su corresponiente orientación jurídica, se han ido remediando algunos de estos "males".
Pero, en la actualidad, las estadísticas confirman que las mujeres son 2 ó 3 veces más propensas a sufrir depresión que los hombres. No es difícil de creer si nos detenemos a mirar a nuestro alrededor: nuestros ancianos y ancianas, al igual que las personas que padecen severas o graves limitaciones, que reciben atendimiento en el seno de sus familias, esas tareas de atendimiento recaen, el 95% de los casos, en mujeres, hijas, nueras, o nietas; es decir, tienen que asumir trabajo fuera de casa, cuidado de hijos, labores domésticas y esa atención a padres y/o suegros o abuelos.
Esto implica, a la vez, que los mayores o las personas con alguna discapacidad, vean su envejecimiento o su limitación como una maldición por considerarse una carga.
Esa combinación de factores psicológicos, sociales, ambientales, hormonales, etc., contribuyen a que la incidencia de problemas de equilibrio emocional sea más alta.
Solo con una política asistencial adecuada, ayudas a domicilio, pensiones dignas, guarderías, comedores escolares gratuitos y mayor número de residencias "vivibles", se conseguiría que cambiaran las cosas.
Ayudemos a paliar aquellos factores en los que podemos actuar directamente, para facilitar y mejorar la calidad de vida de las mujeres y la salud mental. No debe ser tan complicado poner a disposición las herramientas básicas para que las mujeres, poco a poco, empiecen a liberar tanto dolor y sufrimiento, dando la bienvenida a la salud, la alegría y el éxito que como seres humanos les corresponde. Y, así, conjuntamente con los hombres, lograremos una sociedad mejor.
Ana E.